EL SER HUMANO es gregario por naturaleza, es decir, podemos sobrevivir en compañía de personas y/o grupos, a los cuales nos sintamos pertenecientes. Algunos de ellos son nuestras familias, nuestro equipo de trabajo, círculo de amigos y demás. Buscamos pertenecer, como un instinto de supervivencia, y al sentirnos parte nos hace encontrarnos más seguros y estables.

El yoga busca una introspección en el ser humano, donde al conocernos cada vez más logremos reencontrar nuestra esencia, ser más conscientes de las relaciones con las cuales pasamos gran parte de nuestro tiempo e incrementa nuestra seguridad fortaleciendo nuestra autoestima. Cada persona puede encontrar en el yoga estos beneficios, ya que todos tenemos un acceso al cuerpo para lograr esa introspección, guiándonos a la plenitud.

Cada quién llega al mat por diferentes razones y vibra de manera distinta. Algunos llegan en la búsqueda de tranquilidad; otros, para incrementar fuerza; sacudirse de la rutina o simplemente por recomendación médica. Lo cierto es que mientras pasa el tiempo, en la práctica vamos encontrando la respuesta a porqué continuar. Nos quedamos por los cambios que modifican nuestra vida por vez primera en mucho tiempo y la percepción que tenemos del mundo, aprendemos a ser más agradecidos, a conocer nuestro cuerpo, notar que nuestra respiración resulta magnífica y puede llegar a ser curativa; genera más consciencia al consumir alimentos, nos abre la posibilidad de modificar creencias y abrir nuestro corazón a nuevas experiencias y sentimientos. Lo importante no es porqué llegas a practicar, sino la razón de tu estancia en la práctica. La respuesta no se encuentra fuera de uno mismo, sino en lo profundo de nuestros pensamientos conscientes o, quizá inconscientes.

Inclusivo y no exclusivo, es decir, todos podemos formar parte sin importar tu condición física, mental, emocional o tipo de alimentación. Llegas a sentir los beneficios de dicha práctica. Cada quien se siente distinto, y los cambios dependen de las necesidades específicas.

Vive la experiencia y transforma día a día tus pensamientos, emociones y sentimientos a través del yoga. Recuerda: lo que resiste, persiste. Así que soltemos los motivos por los cuales no practicar y tomemos aquellos “para qué practicar”. Todos podemos practicarlo. El yoga es para todos y todos somos para el yoga.


Por: Psic. Laura Verónica Tlazola

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