AL AMANECER, cuando tus ojos están por abrirse y ser testigos de un día más en este mundo, respira profundamente y reconoce tu existencia. Sonríe por el simple hecho de que tu cuerpo puede  moverse, que tu mente tiene una oportunidad más para crear, en ti radica un mundo de infinitas  posibilidades.

¿Problemas? Siempre habrá algo que nos preocupe. Pregúntate qué puedes hacer para solucionar  cualquier cosa que te mortifique. Si hay algo que puedas hacer, toma la responsabilidad de hacerte  cargo de ello. ¡Actúa! Si no, entonces déjalo ir, no está en tu poder resolverlo hoy, sólo con darle más atención incrementarás los pensamientos que drenan tu energía.

Únicamente tú puedes detener los pensamientos tóxicos que revolotean en tu cabeza. Llenándote  de ansiedad no solucionas nada, al contrario, eso te llevará a tomar decisiones para salir del paso.

Si ves venir un
pensamiento tormentoso, déjalo
pasar, respira profundamente
y regresa a tu día.

Se trata de hacer uso de tu poder de decisión, reconociendo que no se puede controlar cada detalle ni cada suceso en la vida; pero sí puedes decidir la actitud con que lo enfrentas. Reconócete como  la parte más activa de tu existencia, esa que pone dirección y fija metas a corto, mediano y largo plazo; pero que a su vez acepta que el camino que se recorre, contiene más sabor cuando uno se deja sorprender.

Obsérvate. Escúchate. Decide poner tu atención en aquello en lo que quieres invertir y que hoy o  mañana te dará resultados más enriquecedores y duraderos. Únicamente tú puedes detener los pensamientos tóxicos que revolotean en tu cabeza. Llenándote de ansiedad no solucionas nada, al contrario, eso te llevará a tomar decisiones para salir del paso.

Si ves venir un
pensamiento tormentoso, déjalo
pasar, respira profundamente
y regresa a tu día.
Que tus pensamientos sean
positivos, tus intenciones de amor
y tus palabras constructivas.

 

 

Por: Jessica Zavala
Coach de Vida y Salud
Facebook: ENVIDATE
Correo: [email protected]