Los  alimentos tienen un gran impacto en la transformación.
Es recomendable experimentar 
diversas situaciones, como probar una gran variedad de productos, formas de comer, ejercicios y pensamientos nuevos.

Cuando entramos al 
supermercado, normalmente nos dirigimos a los productos que acostumbramos consumir. Compramos el arroz de una
marca determinada, porque ya sabemos cómo cocinarlo y tenemos la
experiencia de que es de buena calidad; pero cuando vemos un producto nuevo no pensamos en adquirirlo, pues no sabemos cómo cocinarlo y tampoco deseamos averiguarlo.

Además, creemos que probablemente no nos gustará, así que dejamos pasar la oportunidad de probar algo nuevo.

En lo personal, he cambiado creencias con respecto a algunos alimentos que no me agradaban. Por ejemplo, antes el aguacate no me gustaba nada. En la escuela culinaria lo probé y, ¡sorpresa!, me fascinó. Hoy, prácticamente todo los días consumo aguacate y es de mis frutas favoritas. Me encanta comerlo solo, con limón, con comino, a cucharadas, en tortilla y me pregunto por qué no lo probé antes, aunque bien sé que fue por mis creencias y por lo que la gente me decía. Lo mismo me pasó con el betabel, con los frijoles y con una amplia lista de alimentos que he ido descubriendo y que ahora disfruto enormemente.

Un ejercicio muy efectivo que te recomiendo practicar es jugar al papel del detective en el supermercado. Observa de una forma muy consciente, fíjate a qué velocidad caminas, qué pasillos prefieres, cuáles disfrutas más, qué comida eliges, qué sensación te genera, cómo la tomas y la colocas en el
carrito, qué te provoca cuando alguien se te cruza en el camino; qué sientes cuando estás en la zona fría, en los productos congelados, en el área de frutas y verduras, al momento de formarte en las filas de las cajas, cuando pagas y cuando te vas. Piénsalo, explóralo.

Si lo analizas, la forma en que te comportas en el supermercado es un reflejo de cómo vives tu vida. Mis visitas al súper me han ayudado a explorar esa parte de mí y han cambiado radicalmente a lo largo de los años.

Ahora sé a qué voy, llevo una velocidad moderada y hay pasillos en los que me tomo más tiempo, porque me encanta explorar y probar cosas nuevas. El pasillo de frutas y verduras es uno de mis favoritos. Me encanta ver la vida, los colores, las texturas y la gran variedad de productos que existen para alimentarme con comida diferente.

Hay pasillos que no recorro, porque ahí se localizan productos que prefiero evitar, como refrescos, botanas o enlatados. Y cuando tengo que pasar por uno de ellos, simplemente observo, pero me paso de frente.

La zona de postres y panes representa para mí una gran tentación. Me encantan, pero sé que no me hacen mucho bien, así que también la evito; y cuando paso por ahí pruebo mi disciplina y mi fuerza de voluntad, y no sucumbo a la tentación. Aunque no niego que algunas veces he caído, y lo he disfrutado enormemente.

Conforme vas teniendo más claridad, comes mejor y ves la vida desde una perspectiva más amplia. La transformación es inevitable y ya no puedes seguir en el área de confort, engañándote con que eres la misma persona que fuiste ayer o hace diez años.

La combinación de alimentos es importante para mantener tu peso o bajar esos kilitos extras. Aquí está el secreto y con más detalles en mi libro “El arte de la vida sana”:

1.-Toma liquidos 30 minutos antes y despues de la comida.
2.- Verduras verdes con carbohidratos: arroz, pasta, pan, tortilla.
3.- Verduras verdes con proteinas: pavo, pollo, pescado o carne.
4.- Verduras verdes con verduras con almidon: maiz, zanahoria, camote o papa.
5.- Las legumbres puedes incorporarlas a cualquier combinacion.

Sigue estos tips y verás como tu sistema digestivo es
más eficiente y mantendrás tu peso.


Por: Karina Velasco

Instituto Gourmet Natural
Instituto Integral de Nueva York
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