“La mente no domina al cuerpo, sino que se convierte en cuerpo. Cuerpo y mente son uno”.
(Molecules of Emotion, Pert)

HACE ALGUNOS años cuando era pequeña, recuerdo haberme caído llevando una botella de vidrio en mis manos, resultando en una herida en el dedo medio de mi mano derecha, la cual requirió de atención médica. Han pasado 19 años desde ese incidente y la cicatriz de aquella cortada sigue presente en mi cuerpo. Paradójicamente he relacionado ese evento con la escritura de este artículo, pues no sólo queda la marca física, sino que ese evento generó cierta incertidumbre y ansiedad que marcaron parte de mi infancia.

A lo largo de nuestra vida desde el momento en que nacemos y antes de nacer, las experiencias van formando nuestra personalidad, la forma de pensar y hasta de sentir. Así como nuestra mente recuerda consciente o inconscientemente estos hechos, nuestro cuerpo es un reflejo de todo acontecimiento y experiencia vivida. El cuerpo tiene memoria.

Así como nuestra mente memoriza acontecimientos, eventos, emociones y pensamientos, nuestro cuerpo tiene la capacidad de recordar; existe una conexión Cuerpo-Mente en donde la doctora Pert explica cómo las sustancias químicas de pensamiento y emoción afectan nuestra manera de sentir y de pensar.
Entonces una herida emocional llega a manifestarse a nivel corporal.

Es imposible el poder controlar las experiencias de nuestra vida,
pero sí podemos elegir cómo manejarlas. Nuestro cuerpo y
nuestra mente son uno mismo, y en mi experiencia es necesario
generar consciencia de tal hecho.

El Dr. Alexander Lowen menciona que las emociones de las experiencias que hemos vivido desde pequeños influyen directamente en nuestra estructura física. Queda claro que somos lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.

Al sanar nuestras heridas emocionales sanamos también gran parte de nuestros problemas físicos, de hecho está comprobado que una mente flexible es un cuerpo flexible, y que el practicar Yoga y Meditación ayudan a sanar malestares corporales y a generar un mejor equilibrio emocional. Cuando comienzas a escuchar tu cuerpo no es necesario pelear mentalmente por “querer” cuidarlo, sino que lo cuidas porque es lo que te está pidiendo. Cada movimiento en yoga segrega neurotransmisores que llegan hasta el cerebro y dan mensajes que benefician nuestro organismo haciéndonos no solo más flexibles sino también personas más sanas, de esta forma cuidamos nuestro cuerpo.

Es necesario y recomendable meditar y/o practicar yoga de preferencia por la mañana, puesto que te permite iniciar tu día con más claridad, concentrarte en lo intrínseco; aprendes a escuchar tu cuerpo, la respiración, los latidos de tu corazón y aquietar nuestros pensamientos. El proceso de introspección es diferente en cada persona, pero solamente conociéndonos a nosotros mismos es como podemos sanar y mejorar nuestra calidad de vida.

 

Por: Psic. Laura Verónica Tlazola
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