PARA ENTENDER el efecto de la radiación electromagnética en tu salud, antes debemos saber cómo funcionan las células de nuestro cuerpo. En nuestro cuerpo existe una suave actividad eléctrica, similar a la de los circuitos eléctricos. Esta actividad controla las funciones vitales del cuerpo, tales como el crecimiento, metabolismo, pensamientos y movimientos. Existen debido a reacciones químicas y sucede aun en la ausencia de campos de electricidad externos.

Las corrientes eléctricas del cuerpo son tan importantes para el buen funcionamiento como la corriente sanguínea. Las distorsiones a esta red eléctrica pueden ser devastadoras para el correcto y efectivo funcionamiento de todo el sistema de órganos, especialmente para el cerebro; puede inclusive dañar su salud y llevar al desarrollo del cáncer y peores enfermedades.

En otras palabras, somos seres fundamentalmente electromagnéticos. Los nervios transmiten impulsos eléctricos. La mayoría de las reacciones bioquímicas, como del estómago al cerebro, están relacionadas al reajuste de partículas “cargadas”, como el corazón. Se crean voltajes que fluctúan, las corrientes eléctricas viajan a través de las arterias, venas y vasos capilares. En el proceso las células blancas y componentes metabólicos son llevados dentro y fuera de los tejidos. Este sistema eléctrico “trabaja para balancear la actividad integral de los órganos internos, y en el caso de heridas o lesiones, representa la base del proceso de sanación”.

Nuestros cuerpos son entonces sistemas electromagnéticos muy sensibles, que trabajan bajo mini voltios. Somos en realidad una maquina Bioeléctrica, y nuestro cuerpo también genera un campo electromagnético, es más, todo ser viviente como plantas, animales y humanos, generamos campos electromagnéticos.

La naturaleza de nuestros cuerpos es la “frecuencia”, de esta manera la exposición externa a frecuencias naturales puede fácilmente causar un cambio en la pulsación de nuestro corazón. Incluso extremadamente pequeños cambios de voltaje externos, por debajo de nuestra percepción, pueden afectar a nuestro cuerpo y salud.

Los estudios más recientes demuestran que cuando estamos expuestos constantemente a frecuencias externas por más de algunos minutos, la habilidad de nuestro cuerpo a trabajar eficazmente con su sistema eléctrico interno, es interrumpido. Los efectos son inmediatos y pueden resultar de la exposición directa a los campos electromagnéticos, causando estimulación neurológica y muscular.

Bajas frecuencias electromagnéticas puede afectar los ritmos circadianos y la producción de melatonina que se produce en la glándula pineal, dentro en el cerebro. La melatonina es la hormona que regula los ritmos biológicos en los mamíferos.

La reducción en la producción de la melatonina amenaza su salud y puede resultar en desórdenes como la depresión, défi cit de atención y la falta de sueño o insomnio; asimismo puede incrementar la permeabilidad de la barrera sanguínea del cerebro, haciéndonos más vulnerables a los efectos tóxicos de los químicos.

La barrera sanguínea del cerebro es una barda de seguridad que previene que moléculas peligrosas entren al cerebro y causen daño. También la exposición al electromagnetismo perjudica la permeabilidad de las membranas celulares en los nervios, vasos capilares, la piel y otros órganos.

Tanto la radiación alta como baja emitida por cualquier dispositivo eléctrico o electrónico afectará al propio campo electromagnético del cuerpo humano, de tal manera que si interfiere con el proceso natural de sanación del cuerpo, produce toda una serie de peligros de salud. 

En resumen, todo ser humano es fácilmente afectado por la radiación electromagnética, debido a que dentro de nuestro cuerpo existe un sistema bioquímico que trabaja, gracias a un movimiento electromagnético debidamente coreografiado, átomos muy sensibles, moléculas y iones.

La información médica sugiere que puede haber relación entre exposición prolongada a la radiación electromagnética, y especialmente, problemas de cáncer, desórdenes nerviosos y defectos de nacimiento.

Es obvio que en un mundo tan tecnológico en el que vivimos, no podemos dejar de usar toda la gama de herramientas eléctricas y electrónicas, e incluso si dejáramos de usarlas personalmente, estaríamos rodeados de torres de transmisión, señales wi-fi, etc. En la calle u oficinas, la responsabilidad es buscar opciones que nos lleven a bajar el tiempo de exposición, accesorios que nos ayuden a tener menos contacto físico y nos ayuden a cubrirnos.


Por: Martín Chávez López

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