Nuestros ancestros ya conocían su valor. Ese polvo fino proveniente de las flores que gracias a las abejas es transportado y transformado en pequeñas esferitas o gránulos, debido a que se mezcla de forma natural con enzimas, néctar y miel; además posee numerosos beneficios a la salud y un gran valor nutrimental.

¿Que hay en el polen de abeja?

Es un alimento rico en macro y
micronutrientes, tales como: carbohidratos,
proteínas, lípidos (grasas); minerales como calcio,
fósforo, sodio, magnesio, cobre, hierro, manganeso,
zinc y cobalto; vitaminas como la A, complejo B
(incluyendo ácido fólico y biotina), C, D, E; enzimas,
coenzimas, agua, entre otros.

Beneficios para la salud

Debido a sus componentes, el polen es un energizante natural. Regula la función intestinal (estreñimiento), fortalece el sistema inmunológico (alergias, infecciones respiratorias), ayuda a disminuir los niveles de estrés, proporciona antioxidantes (combate el envejecimiento); es
un aliado para el aumento de niveles de hemoglobina en sangre (anemia), entre otros.

¿Existe alguna restricción o factor limitante?

No se debe ingerir polen si se es alérgico a éste o a la picadura de abejas. Es importante verificar sus componentes y que esté libre de pesticidas y mercurio.

¿Cómo se debe consumir?

Es muy importante verificar que no exista ninguna reacción alérgica al
polen (hormigueo, hinchazón en la lengua, enrojecimiento o erupciones
en la piel y problemas respiratorios). Si esto sucediese, suspender y acudir de inmediato al médico. Debido a lo anterior se deberá iniciar con una ingesta de pocos gránulos y se aumentará gradualmente hasta consumir de 1 a 3 cucharaditas al día.

TIP: Se puede mezclar con yogurt, licuados, añadir a ensaladas; con un poco de miel de abeja, con lechadas vegetales, etc. De preferencia
consumirlo por las mañanas debido a su efecto energizante.

 

Por: Gabriela Beltrán Lara
Licenciada en Nutrición

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