El ser humano tiene la capacidad de aprender, razonar, memorizar,
solucionar problemas, tomar decisiones y expresar sentimientos debido a
nuestros procesos cognitivos, que son parte de la facultad para procesar
información a partir de la percepción y la experiencia.

Nuestras experiencias de vida influyen de cierta forma en la tendencia del
ser humano para actuar de distintas maneras: agresivo, pasivo, molesto,
entusiasta, indiferente, optimista, motivado, entre otras; más no significa que marquen o determinen cómo será siempre nuestra personalidad. Quizá alguna vez te hayas planteado “¿Por qué reacciono de esta forma? ¿Puedo cambiar? ¿Estaré en lo correcto?”.

Albert Ellis, creador de la Terapia Racional Emotiva (TRE), implementó su
método terapéutico intentando descubrir las irracionalidades de nuestros
pensamientos, y con ello sanar emociones que sean consecuencia de un
esquema mental distorsionado. En pocas palabras, Ellis planteó que no sonlos acontecimientos los que nos generan nuestro estado emocional, sino la manera en la que los interpretamos.

A veces responsabilizamos a nuestra experiencia de vida o a las
situaciones por nuestras acciones; sin embargo, somos seres
racionales capaces de tomar decisiones que favorezcan nuestro
presente y beneficien nuestro futuro.

A continuación, te comparto algunos puntos que pueden servirte de apoyo
para identificar esas ideas irracionales que estén bloqueando o aboteando tus emociones y estilo de vida.

1.- Buscar la aprobacion siempre.
El buscar ser aprobado constantemente despierta la preocupación pues pasas demasiado tiempo buscando la aceptación de otros, desgastando tu energía. El no conseguir la aprobación a su vez favorecerá sentimientos de molestia y frustración, y si lo permites, pérdida de interés por cubrir tus propias necesidades y disfrutar tu vida.

2.- Vivir a base de expectativas.
Vivir a base de la expectativa ajena es una carga muy pesada que puede
despertar sentimientos de frustración, pues estarías viviendo para satisfacer a un tercero, descuidando tus verdaderos deseos. Cuando algo no te parezca es preferible decir “No” a asimilarlo como un deseo propio.

3.- Tendencia a generalizar situaciones y resultados.
“Nadie me quiere”. “No debes confiar en las personas”. “Todos los hombres son iguales”. “Todos los días son iguales”. “Por más que lo intente nunca podré ser como ella”. Estos son ejemplos claros de este tipo de ideas. Evita estructurar oraciones mentales a base del Todo o Nada.
Éstas generalizan y disminuyen tu capacidad de creer e intentar cosas
nuevas, pues te estas predisponiendo y adelantando a un resultado,
negándote oportunidades nuevas y resultados diferentes.

Si estas ideas invaden tus pensamientos, hazlas a un lado.
Aprendamos a reconocer nuestras ideas y reestructurarlas para erradicar
barreras mentales y re-direccionarnos a nuestras metas y propósitos.
Cambia los “No puedo” y “Debería” e intenta plantearte afirmaciones
concretas: “Lograré”, “Intentaré”, “Planificaré”.

Recuerda: eres un ser maravilloso y único capaz de lograr lo que te
propongas.

Por: Elsy Quiroga
Lic. en Psicología
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Elsy quiroga