Mucho se ha dicho de la obesidad y de los diferentes efectos que tiene sobre nuestra salud física: los riesgos de diabetes, presión arterial alta y la propensión al infarto son algunos. ¿Y qué de los que se relacionan con nuestra mente? La mayoría de ellos causados por las diversas presiones sociales: los conceptos de figura delgada, los estilos en la moda y otros de carácter familiar nos llevan a tener, en resumen, baja autoestima.

La autoestima es el valor que nos damos con
relación a lo que somos, lo que poseemos,
lo que sabemos hacer, a nuestras capacidades
físicas e intelectuales. Sin embargo, la autoestima no tiene
aspectos delineados al cien por ciento, también depende de
nuestro entorno individual.

Por lo anterior, reconocemos que mantener un buen equilibrio entre los factores señalados arriba es muy importante pero, cuando padecemos de obesidad, llegar a ese balance resulta muy difícil y complejo. Aquí algunas
ideas que te ayudarán para conseguir ese balance tan deseado.

1.- Motívate: La motivación es tu principal motor, lo que provoca que
tomes acción en tu día: es el movimiento. Muchos tenemos claro lo que nos motiva, ya sea nuestro trabajo, nuestra familia o algún hobbie. Cuando
nos gusta algo que hacemos, cuando nos mueve esa pasión, comenzamos muy felices el día.

Tenemos la capacidad de ser buenos para muchas cosas y también tenemos un sinfín de talentos que podemos descubrir y pulir. Nunca es tarde para hacerlo.

Tener un hobbie o alguna actividad que te apasione es
importante para salir de momentos de tristeza, decepción
o depresión. Estar motivado te dará alegría y ganas de levantarte
con energía y salir al mundo a vivir la vida de tus sueños. Una
vez que las elijas, fi ja metas reales para lograr tu objetivo.

2.- Ámate a ti mismo: La inseguridad te hace aceptar menos de lo que mereces. Uno de los problemas actuales es que la sociedad nos ha hecho creer que tenemos más valor si tenemos más dinero, si somos el que se ve mejor, si tenemos más poder. Estamos en constante lucha por ser perfectos; nos volvemos ambiciosos, competimos y nos comparamos. Y esto nos ha provocado un grave problema de falta de autoestima.

Ya eres perfecto y único sin ayuda exterior; lo que hagas no te va a hacer mejor o peor; lo que logres es una extensión de cómo te sientes contigo mismo. Presionarnos, encontrar un valor a lo que hacemos o somos, sólo nos va a acercar frustración y decepción. En cuanto nos aceptemos, amemos y sintamos bien con nosotros mismos, los éxitos comenzarán a fluir en nuestra vida.

3.- Recuerda todos los días quién eres: Puedes usar afirmaciones o decretos, que son pequeñas frases, utilizando el tiempo presente, para recordar tus sueños y cualidades. Escríbete recaditos de amor en el espejo, en el refrigerador o en la computadora. Por ejemplo: “soy pura energía creativa”, “la abundancia está en mi vida”, o “mi cuerpo es saludable y vibrante”.

Haz cosas que te hagan sonreír. El buen sentido del humor y la sonrisa son la medicina del alma y una buena carcajada es un shot de autoestima que puede convertirte en una persona muy sexy. Sé detallista contigo mismo, cómprate flores, arréglate, sal de excursión, practica algún ejercicio. Estas actividades suben automáticamente la autoestima. Y, lo más importante, si
alguien trata de bajonearte, no te dejes.

4.- Equivócate: El miedo es creado por nuestra mente para limitarnos.
Para ser libres, tenemos que romper esos límites. Te invito a que hagas algo que te dé miedo, ya sea decirle a alguien que lo amas, subirte a un avión, aprender a nadar, etc. Verás qué bien se siente trascender el miedo y saber que no pasa nada si lo haces, además de que el resultado es lo de menos.

Verás cómo tu autoestima crece y te darás cuenta de que rompiendo
tus límites y enfrentando tus miedos abrirás un sinfín de
posibilidades. Trascender un miedo te acerca más a la luz.

Procura cambiar tu rutina de vez en cuando, creando una experiencia diferente todas las semanas. El aburrimiento y la rutina son las cosas que nos van apagando.

5.- Sé auténtico: ¿Cuál es el punto de tener pensamientos propios si vivimos tan pendientes de lo que piensan los demás? Tenemos tanto miedo del qué dirán, de no ser aceptados por la sociedad; queremos tanto pertenecer a una iglesia, a una comunidad o a un grupo de amigos, que
pretendemos ser quienes no somos o decimos cosas que no sentimos.
En una relación, adaptamos nuestra personalidad para agradar, cuando lo que más se aprecia es la honestidad y la autenticidad.

Expresa lo que sientes: tus ideales, tus sueños, lo que piensas. Sé
quien eres sin temor a que te juzguen o a que no te vayan a
querer. Esa actitud será más atractiva para tu pareja.

Arriésgate a ser tú; te vas a querer más porque dejarás de luchar entre tu verdadero yo y quien se espera que seas.

6.- Respeto a ti mismo: Respeto es aprender a relacionarte contigo mismo, aceptándote y siendo congruente con tus pensamientos y acciones.

Respetarte es actuar con tu verdadera intención. Si quieres
una cosa y lo refl ejas de otra manera, terminarás con una
sensación que te hará sentir mal. Sentirte bien con tus decisiones y
vivir con un sentimiento de que lo mejor te está pasando, sin atentar
contra tus valores o integridad, te dará una sensación de paz.

Sin embargo, a veces exigimos que nos respeten sin tener claro lo que queremos o estamos dispuestos a hacer. Por eso, aclarar tus valores te ayudará a comenzar cualquier relación con una buena comunicación.
El respeto y la aceptación de ti mismo se van a reflejar en lo saludables y armoniosas que sean tus relaciones con quienes te rodean.

 

Por: Karina Velasco
Instituto Gourmet Natural
Instituto Integral de Nueva York
www.Yorgasmic.com
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