SE MANIFIESTA en el universo de distintas formas. En la suma total de todas las energías del
cosmos, incluyendo la gravedad, el magnetismo, la electricidad, la energía solar, etc.

En el ser humano se produce desde la concepción e infunde la vida al feto que está en la matriz. Su  gotamiento comienza desde que nacemos, pero  la podemos cultivar y tonificar por medio de una buena alimentación, ejercicio, descanso, correcta respiración, baños de sol y por medio de otras disciplinas.

El cuerpo produce energía a partir del proceso digestivo, de alimentos y agua. Cuando la energía de  la tierra, extraída por dichos factores,  se une con la del cielo, obtenida del aire, ambos se mezclan en la corriente sanguínea, para formar esa única variedad de energía vital que confiere vida al  organismo.

Esta energía se mueve por el cuerpo de la misma manera que la electricidad, siguiendo circuitos  bien definidos. Éstos forman una red de canales invisibles que la transportan a los tejidos. Otros factores pueden influir para desequilibrar la energía, como el estrés, contaminación, inconsciente colectivo, la energía de personas con las que interactuamos, influencias cósmicas; aparatos  electrónicos como la televisión, teléfonos inalámbricos, radios, celulares, wi-Fi, antenas de transmisiones…

Cuando la circulación
de la energía deja
de fluir, se estanca,
produciendo un vacío o
plenitud de sí misma.
Esta falta de equilibrio
es la causante
de enfermedades
y desbalances
físicos, mentales y
emocionales. El ser
humano goza de
óptima salud cuando
su energía oscila
regularmente por sus
canales.

Existen distintas terapias orientales, con diversos nombres y técnicas, aunque todas tienden a restablecer la armonía del cuerpo, estimulando la auto-curación, “dentro de sí”. Pueden ser  utilizadas como medicina complementaria o alternativa. Los practicantes de estas terapias  solamente canalizan la energía de vida universal. Esta capacidad se cree que es innata y, puede ser despertada a través de la iniciación espiritual o mística; cualquier persona puede recibirla.

Desde el año 2000, la práctica de canalizar la energía de vida, como el Reiki, ha sido reconocido por  a Organización Mundial de la Salud (OMS) como una terapia suplementaria de sanación,  empleándose en algunos de los mejores hospitales del mundo con gran éxito, ya que los pacientes  mejoran con más rapidez que aquellos que no la reciben. Recomendable es apapacharnos  regularmente con un tune up, a fin de lograr una balanza estable en nuestro campo energético, para  poder desempeñarnos mejor en esta dimensión.

Por: El Guerrero Espiritual
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