Un Practicante de yoga, yogui o yoguini (para ellas), no viste siempre de la pureza del blanco externa o internamente, ni recita “ommmmmm” como mantra personal cada vez que la vida se pone de reto; danza en el mismo espectro de emociones con matices e intensidades: el miedo, enojo, alegría, tristeza, afecto; y, dependiendo de la cercanía, el contacto consigo mismo, así como el trabajo personal, se confronta a cada paso con el discurso propio de la respetable filosofía del Yoga como sistema de vida.

Así se abren las posibilidades: el riesgo de la fuga espiritual, como lo llama el maestro Bob Hall, psicoterapeuta y guía budista laico, la tentación de sentirse liberado y trascendido. Ante esta circunstancia antenas afinadas, la presencia se percibe llena en el espacio, maestras y maestros humanamente sabios con un destello de no pertenecer a esta dimensión, de haber tocado ya otro estadio y seguramente estar ayudando a otros a un despertar interior. Por el contrario el sobresfuerzo, o la vivencia difusa, sin pies en la tierra volando por los aires sobre el tapete de yoga, haciendo nudos y acrobacia con el cuerpo, predicando bajo el complejo de Gurú; pues efectivamente, la disciplina de la dimensión física del Yoga nos da estos regalos, un cuerpo flexible, fuerte, en vía de purificación, a la par que nos sintoniza en un estado de vibración armónica donde todo parece más luminoso.

¿Qué hacer con ello? ¿Cómo llevarlo más allá de una experiencia, de un momento sobre el tapete? O bien, deseablemente con dosis de valentía, respeto, humildad, honestidad y prudencia tomar la invitación al proceso de ser congruentes, tomando la vía de la práctica del Yoga como un estilo de vida que nos va puliendo. Qué mejor que este afinamiento sea consciente.

El maestro Adrián Marcelli nos plantea en su libro Yoga y DesarrolloHumano: “El yoga es un conjunto de sistemas plural y multicultural en sí mismo, cuenta con disciplinas y técnicas específicas que van desde la limpieza personal y la alimentación, el trabajo corporal y el desarrollo de nuestra energía sutil, el conocimiento de diversas modalidades de la respiración, el desarrollo de las capacidades sensoriales, hasta la mística, la meditación y la filosofía.

Más que una doctrina cerrada, es una tradición que se recrea continuamente y que reflexiona y experimenta acerca del ser humano y su identidad con la naturaleza y
el universo”.

Por su parte, los principales exponentes del desarrollo humano nos invitan a regresar a la confianza en la plenitud y la infinidad de posibilidades de Ser, bajo el principio del aquí y ahora, con los sentidos abiertos, despiertos para tener una vivencia amplia de cada experiencia, una vivencia despierta.

“Educar para el desarrollo personal es la llave para la transformación”, ya lo dijo el maestro Claudio Naranjo: los educadores son los principales agentes de cambio, son un importante núcleo de la transformación social y luego entonces global, educar al educador en estos temas en que no fuimos educados: las emociones, los sentimientos, la corporeidad, valores y actitudes humanas, la sensibilidad, el diálogo efectivo, asertivo.

Los educadores somos todos, la frontera de ser maestros y alumnos es dinámica, aprendiendo enseñando y enseñando es como verdaderamente se aprende.

La salud integral, es un principio compartido entre el Yoga y el desarrollo humano, es decir incluir el bienestar de todas nuestras dimensiones: física, mental, emocional, espiritual, incluso transpersonal. Bajo un modelo de autoexploración personal, ‘Svadyaya – Autoconocimiento’, sería el término en sánscrito según Pantánjali. Una nueva mirada desde el humanismo el cuerpo viviendo una experiencia humana ‘el darse cuenta’ desde la psicoterapia Gestalt reaprendiendo a estar conectados con nosotros mismos y sólo así con quienes nos rodean, con lo que nos rodea, acortar la distancia de Sí, retomar el camino de la certeza a través de la sensibilidad hacia la intuición.

No hablamos en un primer término de cambios, “quiero cambiar esto… necesito cambiar esto otro…” Sino de actuar con consciencia. Inicia a nivel del pensamiento “me doy cuenta de…”, busca no emitir juicio sólo desde la voz testigo, que nos llevará naturalmente a la toma de responsabilidad, al ritmo del proceso personal, sin empujar nada, pues al saberlo y abandonar la ignorancia, el riesgo es la toma de la noble acción y quizá una decisión consciente hacia otro rumbo ‘Satya – Veracidad’, una aceptación de la realidad tal cual es, lejos de un conformismo pasivo al darte cuenta y ser honesta(o) con la realidad, se dibuja la puerta de entrada cambiar la ruta conocida, autómata, reactiva, cómoda.

La autorregulación organísmica de Fritz Perls, donde hay una confianza en que el cuerpo tiende al equilibrio, es capaz de identificar su necesidad y saciarlo para sobrevivir y restablecer algún desequilibrio. He aquí la clave cuando oímos ‘Desarrollo del potencial humano’. Quizá surjan las dudas ¿Entonces no estoy desarrollada(o) por completo? ¿Qué he perdido? ¿Qué me falta?

A través de la experiencia consciente, que es lo único que nos pertenece, vamos saliendo de la rutina empobrecida, teniendo una vivencia más rica, una vivencia ampliada que a la vez nos permite desarrollar ese potencial latente presente en cada una, en cada uno para crecer; permitiéndonos conocer el potencial y la limitación a la par, la luz y la oscuridad también, las áreas de oportunidad que nos ponen a prueba para forjar nuestro carácter, actualizar viejas creencias y continuar en esa misión última, el valor humano universal, el Amor, la capacidad de dar y recibir Amor; es decir, vivir en plenitud.

La sombra de la luz, la luz que logra salir de la grieta del dolor, el potencial y la limitación es el Hatha como principio de fuerzas encontradas, o alejadas en tensión opuesta, al ver cada vez más de cerca a mis demonios quizá se humanice mi mirada castigadora y la compasión la abrace, y después… Esta es la aventura, la invitación. Veamos qué pasa.

Todo es energía, el Todo es energía, una forma sencilla de percibir ésta es a través del calor, es decir, el contacto, el afecto, la vinculación humana ‘esa persona es cálida’ percibimos a las manifestaciones del amor como calor: somos fuente y cúmulos de canales energéticos, concentrado de centros energéticos girando en continua actividad, motores de combustión interna a través de nuestra respiración. Llegando al principio hermético de Vibración ‘Nada está inmóvil, todo se mueve; todo vibra’. Desde la vibración más densa y lenta de la materia hasta la más sutil del pensamiento o del espíritu.

La calidad de la vibración de nuestras 
acciones y pensamientos repercute y se materializan reflejadas en salud, enfermedad, vitalidad, amor. Por medio de la práctica física del Yoga y el trabajo mental de la meditación, es posible transformar voluntaria y conscientemente la alquimia de la energía de densa a sutil.

Sin prisa, sin mandato de ordenar, mejorar, solucionar, por el contrario, atentos sin perder detalle, escuchándonos, aprendiendo y en lo posible disfrutando con todos los sentidos el recorrido, el camino que es la Vida misma, y a los caminantes como espejos y reflejos empáticos a través de los cuales me puedo mirar desde un lugar desconocido o no habitado aún, ensanchando la confianza en los propios procesos y los de la vida.

En una ocasión un maestro me dijo que fuese cual fuese la profesión o labor, las relaciones humanas estarían al final siempre presente. Era lo que valía la pena cuidar, cultivar, afinar y aprender. La relación intrapersonal con nosotros mismos, y las relaciones interpersonales con los seres de nuestro entorno, como eje central de la educación para la Vida.

¡Descubre tu potencial, vive el yoga! Esta afirmación es el punto de encuentro entre la visión occidental de las psicoterapias humanistas y la tradición milenaria del oriente de la filosofía del Yoga.

Una invitación a una vivencia real, fenomenológica, el Yoga del diario vivir con todos sus matices, recuperando las partes perdidas u olvidadas para enfrentar los retos propios de la Vida, desarrollando el coraje de Ser lo que se es para actuar en congruencia de forma íntegra. En el camino andamos, y así nos encontramos…

Por: Psic. Nohemí González Vega
Psicoterapeuta Gestalt de la Escuela Gestalt Viva de Claudio Naranjo.
Maestra de asignatura de la Certificación para profesores de yoga de la Asociación Internacional de Yoga Yoghismo.
Coordinadora de Yoga en Síntesis Tijuana
Directora de INFINITO ‘Espacio-tiempo para Ser’
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FB:Yoga en Síntesis Tijuana