Ya se habrán dado una idea del tema si leyeron correctamente el título.
Sin embargo, no se expondrán puntos, como se hace en los talleres de duelo, si algún familiar o amigo cercano ha fallecido recientemente. Mi más sentido pésame para ustedes.

En primer lugar, es tu muerte la que tendrá lugar ahora. ¿Para qué leerse después si ya no se tendrá el mismo sentimiento acerca de estas palabras, si quizá se abandone esta revista de donde la ha encontrado? Y por lo tanto, tampoco se tiene que seguir al pie de la letra lo dicho aquí mismo.

Normalmente se leen con palabras tenues y blandas, o con terminologías
extraordinarias, los artículos que dicha revista presenta a usted con mucho
entusiasmo y apertura.

¿Se ha sentido extraño leyendo estas “invitaciones a cambiar de ser”?
¿Le resulta complicado desprenderse de la carga que lo azota al
suelo día con día, en esta época que se siente avanzar tan rápido que
no alcanza a cumplir todo lo que se propone?
¿Cree que le toman el pelo o que parece bastante sencillo
“despertar”?

Si lo ha pensado, como uno espera, no es el único que percibe las cosas de igual manera; aunque, eso no significa que le resta importancia a lo que es su persona. Y si la respuesta es contraria, lo felicito, pues quiere decir que es dueño de su vida o que se encuentra en un estado de consciencia donde nada le sorprende. En ambos casos, se ha olvidado de algo muy importante.
Imagínese que despierta el día de mañana y escucha por la radio (quienes
todavía lo hacen) o lee en internet (quienes siempre lo hacen), que cada uno de nosotros morirá a la medianoche, pues una bomba nuclear, que llegó al cielo, ha contaminado la atmósfera y, por ende, se ha desplazado tanto en los árboles como en el mar, fuentes inagotables de vida para la humanidad.

¿Qué haría usted? ¿Desprenderse de su vida para no sentir el
impacto unánime? ¿Romper la ley que domina inconscientemente
a la población? ¿O por qué no mejor pasar sus últimas horas junto
a los que más ama y estima, para ya no aquejarnos del presente
y hacer todo lo posible por permanecer en calma, viviendo un día
extraordinario en un día cualquiera?

Lamentablemente, señoras y señores, el tiempo se acaba para cada uno. Padecemos lo que se llama mortalidad, un terror inherente que nos invade más durante una noche de insomnio, o durante la imitación del mismo caos, por el nombre de “crisis existencial”. Y si a usted lo he llenado de preocupación, permítame citar a un amigo de años atrás: libertad significa decirle a la gente lo que no quiere oír. Pero no tienen que sentirse así conmigo, sino con usted mismo. ¿Tiene la culpa? Por supuesto que no. ¿Me cree un ignorante? Nadie es culpable en tal situación, menos los que han actuado previsoramente. ¿Entonces existe algún culpable de no haber hecho algo? Lo más probable es que yo lo sea, por preocuparme mucho por cada uno. Y no tenga cuidado, es por voluntad propia el interés de uno por sus hermanos humanos.

¿Cree que no ha aprovechado a lo máximo el tiempo vivido?
¡Haga según su voluntad lo que no ha hecho!
¡La pro-evolución comienza a cada instante!

¿Por qué cree que su vida no es como en las películas, las novelas o su canción favorita? Ese tiempo que dura en cada uno, pareciera un instante alargado hacia la eternidad.

¿Y qué cree? ¡El tiempo no existe!
Lo único que lo puede detener es usted mismo.
Y si tiene la iniciativa de compartir con los que más quiere un nuevo
modo de vida, no se frustre si lo toman por loco.

Algo en mente vale tener presente: cuándo uno nace, dónde crece y en qué momento despega para liderar su existencia. Lo que se ha dicho ya se dijo desde hace más de cuatro mil años. Tampoco quiere decir que todo esto sea anticuado. Se sabe cómo es el mundo. Y si uno se conoce a sí mismo, sabrá qué o quiénes lo pueden ayudar a cambiar el mundo. Claro que no será tan rápido como si el gallo llegase a cantar de inmediato; pero, la perseverancia en el recordar y la emoción contenida en ella, son las mejores armas hoy día. Pues si somos verdaderos humanos, conocemos la razón.

Algunos de nosotros hemos comunicado a los demás cómo se nos compara con los animales (si un día llegasen a levantarse contra nosotros), con la inteligencia artificial (si alguna noche llegan a sentirse más humanos que nosotros). Y estos no son inútiles intentos; nos conducen hacia los misterios del hombre, hacia lo que nos depara el futuro y lo que nos hizo lo que somos hoy. ¡Ahí están las películas, ahí los libros!

De humano a humano, todo es
posible. Y si todo es posible, ¿qué
estamos esperando? Las puertas
están cerradas sólo si usted quiere.

Si cree que nada de esto se puede llevar a cabo, ¿cómo es que usted nació y está leyendo estas palabras, esta voz que le invita a un nuevo camino? Supongo que no he sido el único que le ha comentado acerca de la
muerte. ¿Cree que las personas serán por siempre egoístas? ¿Que lo que haga por su bien, le reprochen o envidien? Entonces, ¿quiénes son los que aguardan su llegada cuando labora cada día? ¿Quiénes le hablan o visitan, escuchando sus pensamientos más profundos? ¿Con quiénes pasa horas recreándose, divirtiéndose y creciendo mutuamente?

Ellos son afortunados de conocer a alguien como usted, así como usted da vida a estas palabras, a esta voz que puede desfallecer en cualquier momento.

Namaste.

Por: Mos